Día 2
Son las seis de la mañana con cuatro minutos y acabo de despertar, más temprano de lo que esperaba, pero bueno, es lo que hay, no quería salir antes para no despertar a todos al mover la puerta que rechina hasta con solo mirarla, porque en realidad es como de esas puertas de una caja fuerte, innecesariamente gruesas y pesadas. Esperare hasta que salga uno de los chicos que tienen que levantarse a las seis con quince, ese grupo designado anoche por intendencia, encargado de levantarnos a todos.
Ok eso fue un poco anti climático. Resulta que al no ver a alguien que se levantara a la hora que mencione, pensé —¡fuck it!—, me levantare de todas formas, no pienso seguir acostado. Salgo dela cama, me pongo las chalas, tomo mi toalla y parto hacia la puerta, al dirigirme a ella siento que la sala parece estar un poco mas vacía de lo usual y es entonces cuando diviso que la puerta siempre estuvo abierta, no toda obviamente, solo lo suficiente para que una persona pudiera pasar.
Debí haberlo imaginado, allí fue cuando los pasos que alcance a escuchar en el momento que abrí mis ojos cobraron más sentido, salí de la pieza y encontré un gato que cruzaba por nuestra puerta, lo suficientemente tierno como para hacerle un poco de cariño. En el baño me encuentro con un compañero que se estaba lavando los dientes, me pregunta si soy parte del estaff que estaba destinado para levantar a los demás, le informo que no es así y que simplemente me desperté, salimos con dirección a la pieza, yo me quedo sentado en la pequeña escalera escribiendo un pequeño rato antes del desayuno, junto al gato que permanecía cerca, al parecer estaba falto de cariño o tal vez tenía comezón, porque no dejaba de rozar su cuerpo contra los peldaños y el pilar que estaba al lado, le sacaría una foto, pero aún está muy oscuro y dudo que se vea con esas manchas negras sobre su pelaje blanco, parecido al estilo de una vaca, hasta la cabeza tiene una pinta que te recuerda el ying/yang.
Justo por detrás de mí se juntan dos de los seis niños que tenían la misión de despertar a los demás, discutieron un poco acerca de la mejor manera de hacerlo, el resto se une y llegaron al acuerdo de ir pieza por pieza, uno prende la luz y el otro reproduce una canción de reggaetón, lo suficientemente olvidable por mí, que fue exactamente lo que hice, porque no recuerdo que canción pusieron, mientras los demás iban de a poco despertando. Al par de minutos, cuando ya quedaban muy pocos en cama, la Tamara se acerca al pequeño parlante que se encontraba en un escenario y reprodujo [PARTE ELIMINADA] reggaetón.
Bajo al comedor donde se encuentran los intendentes, el Dilan y la Rocío, en la puerta había también un letrero el cual mencionaba que el desayuno se serviría a las siete de la mañana, tenían variedad entre té o café acompañado de un pan con manjar, veo la hora y faltaban aún veinte minutos, mientras espero me siento en la primera silla de la mesa más cercana a esperar mientras continuo escribiendo. A los pocos minutos se me unen el Eduardo y otra niña que no recuerdo su nombre, al pasar un poco más el tiempo, ya eran las siete de la mañana y me doy cuenta de que ya había fila para el desayuno. Al pararme, resignado a esperar más de diez minutos mínimo, me doy cuenta de que la fila en realidad no era tan larga como temía, solo unos diez a quince voluntarios formados, justo hasta el tope de la puerta. Esperé mi taza con agua caliente, recibí mi cuchara y fui a sentarme donde mismo, ya habían varias otras ocupadas y las opciones de buscar otro lugar se vieron reducidas, razón principal de sentarme en el mismo lugar. A todo esto el pan que recibí estaba vacío ¿qué mas esperaba? estoy de acuerdo, sale mucho mas practico dejar los panes abiertos y que los demás se agreguen manjar a su gusto. Lo veo por el lado ingenioso y no por el que posiblemente estaban atrasados.
Resulta que me senté con el agua caliente, decidiendo entre té o café, las opciones estaban dadas pero el café se encontraba lejos y yo estaba con mucha flojera para pararme e ir a buscarlo. Lo pensé un momento, miraba la diferencia que había entre mi primer puesto y el tarro con cafeína, luego de una leve moderación, me puse de pie a su obtención, de paso tome otra de las tazas que contenía manjar, esta estaba mucho más llena que las que se encontraban cerca de mi puesto, con el raspado. Me acomode listo con las cosas, comenzando tiñendo el agua, mientras endulzaba el líquido, la voluntaria sentada a mi izquierda, no recuerdo si mencione su nombre, es Dijana (otra antigua conocida de trabajos anteriores, buena compañera), tomó esa taza de manjar y comenzó a untar su pan, mientras lo hacía, otros chicos también lamentándose por la falta de manjar, notaron la mucha mejor opción. El más ansioso diría yo, replico serenamente —que corraaaaa... —, y fue exactamente lo que hizo, justo cuando yo terminaba de agitar el contenido de mi taza. Sentí una leve tristeza recorrer mi cuerpo viendo como se volvió a alejar el manjar. Le hable a la Dijana, explicándole que yo traje el manjar para untar mi pan y que ahora está lejos de nuevo, en tono de broma, ella río y se disculpo, le dije que no se preocupara, extendió su mano y tomó una de las tazas que tenía el raspado de majar restante. Asumiendo el inevitable destino, comienzo a raspar con la cuchara la mayor cantidad de manjar que pude extraer y por fin untarla en mi pan. Al terminar, lavo lo que ocupe y me dirijo a lavarme los dientes. La actividad que se debe realizar antes de mandarnos al campamento está por comenzar, de hecho a minutos.
Nos llaman a un trozo de patio bajando la mitad de las escaleras que te llevan al comedor, doblando a la izquierda, encontrando otros siete peldaños extra. La junta consistía en la respuesta a las silabas que se encontraban repartidas por los pilares frente a las piezas, el resultado, "Multiculturalidad". Durante ese día solo había visto cuatro, uno por cada uno de los cuatro pilares que se encuentran frente a las piezas. La cosa es que en base a esa palabra, por cuadrillas, continuaríamos la discusión sobre las palabras ayer escritas. Volvimos a explayarnos un poco durante esa charla, [PARTE ELIMINADA]. Las otras opiniones estaban muy interesantes eso sí, luego de eso nos invitaron a pegar las palabras sobre esta otra “Multiculturalidad”.
Al concluir la sesión nos informaron que en cinco minutos partiríamos al campamento, al subir estaba de nuevo el inconsciente sol quemando a diestra y siniestra. Yendo contra de lo que me molestaba, use bloqueador solar en todo el rostro y parte del cuello. Puedo decir que con todo lo que sudé durante las primeras tres horas de trabajo hicieron a la mayor parte de la crema desaparecer, hasta podía sentir esa gota de sudor menearse en mi mentón sin intención alguna de caer, pero que después de unos movimientos con el chuzo ablandando la tierra, dejé de sentirla.
Buena señal.
Una sorpresa es que al ya tener cerca del 80% del terreno emparejado a pura pala y rastrillo, nos informan que viene una retroexcavadora en camino que alguien se consiguió después de realizar algunas llamadas, según me contaron luego. Miento, antes de eso fuimos a almorzar, eran cerca de las una de la tarde y nos detuvieron porque nos indicarían las casas y familias. Es costumbre que se realice esto, con el objetivo de relacionarse e interactuar con ellos, después de todo, el proyecto y obra es para ellos y ellos son los que disfrutaran de esto, bueno más los pequeños. Con esa cancha y pequeño sector de juego que de aquí al próximo miércoles debería estar listo. La cosa es que cuando informaron el nombre de la señora que recibiría a la cuadrilla de la que soy parte, me saltó un dejo se familiarización, como si recordara ese nombre, de haberlo escuchado antes, se trataba del mismo campamento al que había asistido una vez el 2014 y al parecer las probabilidades me llevaron a almorzar donde la misma señora que nos había recibido aquel año. No pude disimular mi encaminado entusiasmo con mis compañeros y mientras más me acercaba a la vivienda de la señora, más comenzaba a comentar que yo ya había venido a este mismo lugar el 2014. [PARTE ELIMINADA]. Tenía unas tres mesas diría yo, unidas en fila y cubiertas con un mantel rojo, sobre este, cubiertos listos, vasos y un jugo delicioso y frio, un gustazo a nuestros paladares.
Mientras la señora servía su comida, yo no paraba de admirar como todas las cosas que había visto ese año seguían igual, no con exactitud, pero no me costo para nada reconocer el sillón negro, sillas, tela que cubría la puerta, todo era un viaje hacia esos recuerdos que me invadió de nuevo la alegría.
Y recibí con una sonrisa el plato, menú de hoy, sopa de pulpo. No muy concurrida en el almuerzo de muchos quizá, pero aquí era pan de cada día. Se trataba de una simple sopa con papas y verduras, solo que en vez del ya esperable trozo de pollo, reposaban lujuriosos los trozos se pulpo entre las zanahorias, manjar de los dioses.
Todos encantados con la sorpresa culinaria presentada por la dueña de casa y agradecidos, obviamente por la comida. Se suponía que teníamos una hora y media para almorzar, bastante tiempo del cual también nos sobro bastante, ya que en menos de media hora, más de la mitad había vaciado su plato. Un par de chicos afortunados, como yo, tuvieron la oportunidad de repetirse, con estomago lleno y ni fijándose en el reloj, se dio todo el tiempo restante para conversar [PARTE ELIMINADA], bueno, más o menos porque solo un compañero llamado Pablo (también compañero de la misma cuadrilla a de la que soy parte), la Tamara, que también había asistido el 2014 (aquella vez como voluntaria) y la misma casa al igual que yo, y yo (valga la redundancia), estábamos poniendo atención a lo que tenía que decir, los demás se encontraban tirando tallas entre ellos, bastante alegres. Al parecer no era el único que recordaba lo sucedido el 2014, porque ella me decía en un punto —yo me acuerdo de ti, has venido aquí antes—, fue una sorpresa puedo decir, el hecho de que recordara un rostro de muchos y luego de un par de años.
Luego de toda la cháchara ocurrida, daban ya las dos con treinta de la tarde, hora de volver a trabajar. Aquí fue donde llego la retro excavadora, la cual nos haría el trabajo mucho más sencillo, por no decir que nos haría la mayor parte de la pega, en cuanto a aplanar la tierra.
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