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El Vuelo


Maravillado aprecio los miles de kilómetros que el desierto del norte tiene para ofrecerme, los miles de cerros y lugares que muy diminutamente se apreciaban a la distancia, me aumentaban la intriga acerca de mi propia ciudad y sobre los misterios que en esos lugares podría tener. Apreciando de nuevo y cada vez más comienzo a pensar en las actividades que realizaremos en Santiago, solo me gustaría que no fuera en las situaciones que son ahora.

Una disculpa es lo que debo dar al llegar a destino junto a la proposición de poder ignorar todo atado al menos durante el viaje, me destroza el hecho de que mi simple presencia ya pasa a ser una propia incomodidad, lamento mucho que las cosas hayan pasado así, sin siquiera quererlo. No puedo estar más correcto al decir que es mi culpa y que es algo que había estado siendo cultivado desde Abril. Ojala en Santiago ella pueda apartar este enojo e ignorarme si así lo prefiere, para que pueda tener la diversión que quiera.

Doy otra mirada por la ventana hacia la tierra que de a poco tiene más pinta de Iquique, con tal de tomar un pequeño respiro de la inevitable molestia continua que puedo estar dando, no se me ocurre una manera ideal con la cual poder lidiar con esto, lo único en que puedo pensar ahora es conversarlo y esperar la mejor respuesta.

Supongo que me lo merezco, supongo que se veía venir, el aburrimiento, la leve molestia, el irritar a la persona que yo había transformado en una preocupación, iluso fuí si en un momento pensé que esto le ayudaría de alguna forma, lo único que he conseguido es recibir nada más que desinterés desorbitado de ignorancia, situación con la que tendré que lidiar, como ya acorde conmigo mismo, con la cabeza agachada. Nuevamente doy una mirada por la ventana, Iquique ya es historia y se espera Antofagasta más adelante, por entre pequeños cerros se logra apreciar un pequeño terreno verde a simple vista ¿que estarán cultivando, si es que están cultivando algo? es la pregunta en la que intento concentrarme para darme otro respiro, pero rápidamente mi cerebro ayuda con el recordatorio de la situación, supongo que no puedo culparlo, el solo hace su trabajo, pero aún así ¡maldito seas cerebro!

La música ayuda bastante también, esta ha sido un factor importante en muchos sucesos, ablandando situaciones y emociones por los que mente atraviesa, dejarme invadir por su armonía es un gran consuelo para mi persona, comunicándome que no me preocupe y que todo irá bien, en este caso especifico que va junto al paisaje, aumenta mucho más esa vibra de terreno suave y acogedor.

Creo que me concentrare por el resto del viaje en esto y dejare de escribir de momento.

Phase 2

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