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Phase 1


Cada mañana al levantarme me gusta estar en compañía de las personas que son la razón de que siga con mi vida. Y no, no me refiero a que por ellos estudio o que por ellos vivo. La frase no es literal, sino más bien sentimental. El hecho de que al despertar, baje las escaleras, vea a mi madre preparar jugo, saber que mi padre se encuentra conduciendo y mi hermana aún durmiendo, hacen que mi día ya sea uno de los mejores y esto es uno de los pequeños placeres de la vida por los cuales me encanta pasar todos los días, con algunas diferencias entre unos pero esos son simples detalles.

Me gustaría volver a esos días, aquellos donde mi preocupación principal eran mis pruebas y prácticos en la universidad o discutir conmigo mismo sobre los sentimientos que tengo en aquella chica tan irreverente o un debate con mis amigas sobre la vida y cómo afrontarla.

Como extraño esos días.

Está de más decir que daría lo que fuera por volver a aquellos tiempos donde mis preocupaciones no eran más que absurdas ideas surgidas por sucesos absurdos y creando debates sumamente interesantes y pensar en las cosas que nunca dije, se transforman en un castigo inmenso al saber de que ya no existe manera alguna en la que pueda decirle a mi familia que en el fondo estoy bien y que siga con su vida, a mis amigas que siempre a sido un gusto haberles preguntado hace años si podía ser parte de su grupo y de como nunca con aquella chica por la que tuve una, enfermedad de amor, pueda volver a cruzar miradas dándome esos ataquen de escalofríos y temblor en las manos.

Me apresuro apenas la veo, está sentada en el casino de la universidad, a pesar de que mi presencia es invisible, me siento con delicadeza delante de ella observando como sus ojos comienzan a humedecerse con cada bocado.

¿Está triste?

Me inquieto e intento justificar de inmediato su bajeza sentimental, supongo que la respuesta es obvia pero deben haber otros factores de por medio. Cuando alguien desaparece de la faz de la tierra, claro, causa quizá cierto impacto sobre las personas: "Oh! cielos esa persona acaba de morir!", después viene el funeral, entierro, bla bla bla, pasa un poco el tiempo y sigues con tu vida, pero es más complicado que eso, ojala fueran las cosas tan fáciles de hacer como decirlas, pero ese estado de pequeño trance donde intentas absorber la realidad al golpearte en todo el rostro, sorprendiéndote de improviso y sin previo aviso. Supongo que ahora lo comprendo, pero ¿siquiera estaré al tanto yo de lo que me está sucediendo?

Si.

Mis últimos momentos se encuentran atascados en mi cabeza, repitiéndose una y otra vez sin descanso, sin razón y sin misericordia de la mente ya inexistente que debe soportarlo, aparentemente, eternamente.

Así que allí me encuentro sentado junto a una multitud repleta de juventud y oportunidades, donde intento de alguna forma comprender la tristeza de mi amada a 2 meses de mi muerte.


Phase 2

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