Phase 3
Su familia, tal y como lo había escuchado en algún momento, es numerosa. Pequeños revoloteando por las esquinas, señoras acumuladas en un gigantesco sillón, hombres y padre trabajando y por supuesto ella, entrando a su habitación, ignorando todo saludo y todo bullicio del momento. Ingresa pacifica a su cuarto semi oscuro, iluminado por el gentil rayo de sol que se asoma por entre las cortinas, la simpleza de su espacio me conmovió a tal punto de querer recostarme en su cama y descansar toda una tarde. Perdido en el asombro, logro concentrar mi atención en mi amada quien comienza a desvestirse muy lentamente.
Sin dudarlo le di su espacio y luego la acompañe mientras preparaba su comida junto con los tres pequeños con los que vivía.
Felicidad albergaba el almuerzo, pero ella parecía no compartir la sensación, inquietado hice un esfuerzo desesperado por atraer la felicidad a su tan deprimente estado. Apoyando mis manos en su cabeza, logro de alguna manera, formar una pequeña sonrisa en aquellos enormes labios rojos los cuales siempre tuve el deseo de satisfacer incontables veces mis estruendosos deseos y vacilando entre la hermosa vista de aquella dentadura me pierdo por unos momentos, preguntándome donde me encuentro y de hacia dónde debo ir. Todo es un laberinto ahora, quiero encontrar la salida.
No es sencillo.
Rápidamente me precipito y comienzo a contemplar lo que sería uno de los acontecimientos más notorios y escalofriantes del día.
Allí en la esquina mas abandonada de la humilde casa, se encuentra una figura infantil observándome.