Bloqueo
Supongo que de la misma manera en que un asesino serial disfruta cada momento en que tortura a sus víctimas con sus propias manos, a hacerlo con armas de cualquier tipo que le evitan ese satisfactorio placer de sus yemas, de igual manera extrañaba por unos momentos el tomar un lápiz real y cansar mis dedos sobre un papel real.
Ok, probablemente lo anterior no haya sido uno de los mejores ejemplos (aunque a mí me gusto), pero al menos me alegro de no haberlo llevado tan lejos y omitir detalles como: La sangre que delicadamente se desliza por sus puños, pintado tu atuendo de un vivido color rojo o la emoción que le provoca acariciar los moretones que aumentaban con cada golpe, que tan suaves y frágiles, provocaban cierta sensación que bien podría llegar a confundirse con excitación (dependiendo del nivel de desquiciado).
Si, menos mal que no agregue esos detalles, porque en si el objetivo era solo hacer una leve referencia a que tengo, de momento, cierta serenidad y alegría al volver al lápiz.
Y nuevamente se acerca y asoma, firmando presencia, este pequeño bloqueo. No estoy seguro del ¿Por qué? Pero si se que no pretende irse pronto. Ya he intentado un par de veces el concretar algo más que simples cosas vagas, no mucho, queriendo evitar la palabra “nada”.
Quizá solo deba dejar de intentar forzarlo, escuchando música triste y plasmando un escenario solitario.
Quizá ya no queda más que escribir… no, eso es ridículo.
Quizá sea señal de darme un pequeño respiro de este pasatiempo.
Cierto dejo de seguridad me nace cada vez que pienso en aquello, de que en un momento este bloqueo simplemente desaparecerá y prefiero quedarme con esa idea. Supongo que le veré pronto.