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TDV Antofagasta 2017 #2


Día 1


Llegamos al colegio y mientras ayudaba a bajar todas las cosas se me vienen esos recuerdos sobre los trabajos realizados ese año 2014. Nos informan que tenemos a nuestra disposición cuatro salas en las que repartirnos (de las cuales solo terminaron abriendo tres), la última vez que vine nos repartieron ellos con una lista al azar, esta vez solo nos dejaron elegir la que quisiéramos, eso fue un alivio. Me dirijo firme hacia la segunda puerta abierta y lanzo mi bolso hacia la esquina más cercana por donde se logran divisar enchufes, la casi inevitable relación de conversa con otros voluntarios se hace presente mientras escribo esto, en este caso, un alumno de Copiapó de geología junto a otro mechón de medicina en la UTA, pequeña charla amable, para ambos son sus primeros trabajos, ahora aquí nos encontramos el 93% diría yo, de los voluntarios, sentados en esta extendida escalera de seis peldaños, ojo que extendida hacia los lados, [PARTE ELIMINADA], se supone que en unos minutos más se realizaría una actividad para conformar las cuadrillas, lo cual daría lo mismo según estoy viendo, ya que trabajaremos en conjunto para unos juegos y arreglos y otra cosa que no recuerdo. Creo que la actividad está por comenzar, vuelvo en un momento.

Bueno eso fue un poco sobre anticipado, nos juntaron para decirnos quienes eran los capataces, uno con rastas llamado Iban y otro con acento extranjero llamado Felipe, después pidieron a ocho chicos que ayudaran a llevar cosas al campamento que queda unos pasos arriba.

Lo bueno de estar sentado en la escalera de la cancha es que tenemos una estupenda vista de la playa, bastante retirada y muy lejana, aún así hermosa, [PARTE ELIMINADA] ¿qué más? ah sí, mi espalda me está matando, debería estirar un poco pero no quiero sudar más, mis brazos aún duelen y no quiero hacerme más el tipo antisocial yendo a hacer algo lejos de la gente, además que ya estoy quedando como el tipo antisocial que está escribiendo a un costado de la mayoría del grupo que está conversando y otros cuantos que están por su cuenta en otros sectores un poco lejanos, pero no solos, en pareja o amigo o amiga. [PARTE ELIMINADA], al costado del montón, un tipo escribiendo como condenado en su celular, seguramente ya habré quedado como el weon fome para esas miradas que pasaron por mi puesto, no me quejo, es lo que pasaría de todos modos, solo quiero que hagan rápido esas actividades para separar las cuadrillas pero aún nada de eso da la esperanza de suceder pronto. Me quedo observando la playa a lo lejos, eso ayuda a matar el tiempo, al igual que escribir, traje un libro para leer en casos como estos, pero de momento no me encuentro con las ganas, quizá mañana o en la noche.

La cancha está llena de heces de paloma, tal y como la recuerdo, dudo que alguien camine descalzo por aquí, ya lo veremos, nos han llamado para subir cosas al campamento, queda respectivamente muy, muy cerca, eso ya lo mencione, lo que no mencione fue que para llegar a este, debemos subir una cuesta lo suficientemente inclinada como para cansarte después de unos cuantos pasos. Había un camión el cual contenía varios tipos de materiales, los cuales incluían tablas, troncos, fierros bastante pesados, junto a los voluntarios fuimos subiendo las cosas, me canse, eso lo admito, terminé muy sucio después de eso, sobre todo mis manos luego de cargar esas barras de metal tan engrasadas que con tan solo verlas las manos se ponían más y más negras, le hubiera sacado fotos, pero no tenía ningún conocido cerca para ello, además faltaban muchas maderas que subir. Luego de ordenar todos los materiales en aquella cede que construimos el año 2014, bajamos al colegio y le pedí a una conocida que me sacara una foto, [PARTE ELIMINADA]. Mientras esperábamos la próxima actividad y mientras escribía esto en las escaleras frente a las salas, una chica de la nada se sienta a mi lado y me comienza a preguntar nombre, carrera, si son mis primeros trabajos (preguntas típicas), muy simpática la niña, además de alegre, me sorprendió un poco ese hecho de que se acercara de la nada pero supongo que podría interpretarse como querer hacer la buena acción del día. Ver a un pobre diablo antisocial, solo, escribiendo, quizá le nació la necesidad de integrarme a la comunidad, no me importan sus motivos ahora, solo me alegro de que lo sea.

La cocina era un asco literalmente, pero para nuestra suerte (y sorpresa) unas señoras, integrantes del campamento, habían avanzado bastante, a todo esto debo contar el cómo escogieron a las personas para ayudar a limpiar las cocinas. Después de un juego en el que a cada voluntario le daban un papel con un animal (a mi me toco lobo de mar), nos dispersaban con una música de fondo[PARTE ELIMINADA], reggaetón, pero luego fue variando, ponen pausa al reproductor, nos ordenaron realizar el sonido del animal que nos toco. Debo decir que no tenía ni puta idea del sonido que debía hacer, comencé a golpear los dorsos de mis manos en un pobre intento por imitar una foca, pero una súper enferma porque llegaba a dar pena esa mediocre imitación. Con un poco de suerte y caminata, logre dar con los otros chicos y chicas lobos de mar, al terminar repasaron la lista oficial para confirmar las cuadrillas, seguido, vino este otro juego donde volvían a poner la música, volvían a dispersarnos y cada vez que detenían el ritmo daban una orden la cual debíamos realizar rápidamente, los que iban perdiendo quedaban seleccionados para ayudar a los dos chicos de intendencia (compuesto por dos personas) con la limpieza de la cocina, mesas donde comeríamos, utensilios, pisos. Momentos antes de comenzar este nuevo juego converso un poco con esta niña que me había hablado cuando estaba escribiendo, se llama Darling y al parecer no tiene intenciones de jugar.

—Perdamos apropósito, no pienso hacer el ridículo —a la segunda orden del juego la sigo al puesto de los perdedores donde me recibe animosa, fue un poco gracioso ya que cuando perdí, nadie se había dado cuenta y tuve que gritar —¡hey aquí, yo perdí! —, los demás ponían un rostro entre risa y asumiendo la estupidez por delatarme sólo cuando estaba pasando inadvertido.

El tormento del juego acabo.

Eso sí, antes de bajar a la cocina nos fueron presentando por cuadrilla frente a todo el grupo de voluntarios, cada uno debía decir su nombre, edad, carrera y dato freak. En lo reacio al asunto y el odio que comenzaba a recordar acerca de estas presentaciones es que de pronto noto a varios dirigiéndome la mirada en silencio, es mi turno.

—Mi nombre es Andrés, tengo 24 años, soy de Arica, estudio enfermería y mi dato freak… es que no tengo dato freak —algunos reían por la ¿ingenuidad o estupidez? de la respuesta al dato freak, pero como no tenía algo en mente, pues solo lo dije, después de todo ese embrollo era por fin tiempo de ir a limpiar.

Fue un trabajo arduo donde me encargue, con un chico llamado Ignacio, bastante buena onda y compañero de cuadrilla, hicimos nuestra pega y luego me dispuse a barrer el lugar donde comeríamos, otro par vino y me ayudo a limpiar las mesas y ordenarlas en forma de "U", no fue complicado, otros se integraron y abrieron unas puertas dejando entrar mucho más aire al comedor, al terminar fui a echarme a la habitación/sala por un rato, ya estaban casi todos allí conversando, conociéndose. Una chica en particular, nunca supe quien, volvía a preguntar nombres, edades, carrera, dato freak. Viendo a un compañero que ya estaba durmiendo, del cual luego me percaté, era el Eduardo (jefe de oficina de Techo de Arica), decido unirme a su causa y acostarme de estomago en la delgada frazada que lleve, y que dicho sea de paso nunca se consiguieron colchones, tampoco lo esperaba en realidad, siguiendo con el plan de hacerme el dormido, escucho la conversa del grupo, en una de esas me percato, la niña habla sobre nosotros, los recostados.

—A ellos no les pregunto porque están durmiendo —me salve de esa.

La palabrería no concluía y necesitaba escribir así que simplemente, y lentamente, tome mi celular y comencé a escribir, ellos ya estaban embalados y mejor así, un rato alcance a escribir hasta que nos llamaron a almorzar, bajamos con cubiertos y descubrí que no podía dejar caer los brazos, me dolían demasiado, los dejaba caer y un dolor venia de fondo.

Bajando las escaleras le doy un vistazo a la playa desde lejos, nunca me aburro de ese paisaje y por la noche es mucho mejor, eso lo recuerdo perfectamente. Son las tres con trece minutos y [PARTE ELIMINADA], pues bien, solo el compartimiento de la comida está siendo ocupado por el fideo con salsa y atún que sirvieron, puede sonar pobre, pero es lo más humilde que hay [PARTE ELIMINADA], yo estoy satisfecho con todo esto, no me quejaría en absoluto. Algo gracioso que me sucedió durante la misma, fue que después de que ya todos estuvieran sentados, comenzaron a repartir las tazas y jarras de jugo de frutilla y naranja, fueron pasando la jarra para que todos pudieran servirse, llene mi taza (todas de plástico) y procedí a tomar un gran sorbo dando a entender lo seco que me encontraba. Unos momentos antes de aquel movimiento, la Michel se sentó a mi derecha y comenzaba a hablar un poco acerca de cómo me encontraba, mientras le comentaba un poco acerca de la comida mientras me servía el jugo en la taza, instantáneamente bebí el gran sorbo que mencionaba para descubrir lo horriblemente salado que estaba. Mi rostro, se desfiguro por completo haciendo las muecas más creativas, todo mientras le hablaba a la Michel, no sé si ella capto el porqué puse ese ridículo rostro o simplemente lo ignoro, pero era bastante evidente, luego de recuperarme de esa experiencia traumática le pregunto si el jugo esta salado o soy yo, ella responde muy tranquila —eres tu —, y pienso ­—por la cresta, desde cuando la gente se ha vuelto tan salada —.

No vuelvo a tocar esa tasa durante el resto de la comida.

La gente a mí alrededor terminó y comenzó a retirarse, luego quede como cuando me senté, solo. Escucho a la Darling llamarme para sentarme más cerca, lo hago, aún cuando ya había terminado, le propuse tomar de mi jugo y me dijera si estaba salado, sucede que tenía razón, al confirmar eso me propuse a ir a cambiar el jugo, pero la Darling me detuvo e insistió en ir ella, preguntándome si alguien en específico me la dio, como si hubiera sido obra de alguien, no lo creí así. Llegó con otra taza y esta vez pude saborear el sabor del jugo de naranja. Después de escribir un poco más sobre lo pasado, porque tiempo no es lo que me sobra para esto (y que se entienda que no es que lo haga con disgusto u obligación de la que esté en desacuerdo, es solo que el tiempo aquí está bastante medido y tiempo libre durante el día es muy poco, solo en las noches tienes un poco más de tiempo), me levante junto a la Darling y otra chica que parecía ser su amiga, fui a pararme a la fila para lavar las bandejas, no tardo mucho, menos de lo que pensé, luego de unos minutos anunciaron la ida al campamento, cosa que se hizo de inmediato.

Mi espalda me está matando y se le sumaron los brazos, pero solo cuando los dejo caer. Cometí un error porque fui con la misma ropa que llegué, un buzo corta viento, una polera manga larga, con la polera manga corta de techo que compré mientras esperábamos el discurso inicial antes de despacharnos.

El trabajo consistía en emparejar un terreno de solo tierra, era tanto lo que se tenía que mover que aún quedo para mañana, lo otro era juntar piedras para lo cual debíamos bajar un pequeño barranco para conseguirlas y luego subir con ellas, durante ese proceso noto que entre las personas que estamos subiendo piedras (que debían ser medianamente grandes) está la Darling, quien sube como de a tres, incluso cuatro piedras enormes.

Mientras bajaba y ella subía, extiendo mis brazos en indicación de quitarle unas piedras de encima.

—No, no, no. Ahí nomas, gracias —y luego siguió trabajando. Cosa graciosa fue que cuando yo era el que subía como con seis piedras medianamente grandes por ese pequeño barranco, ella me ve dirigiéndome al lugar donde las están recopilando, se me acerca con intenciones de quitarme piedras a la vez que lanza unas frases de que le pase algunas.

—No, no, no. No te preocupes —menciono mientras le lanzo una mirada amigable de agradecimiento, ella me devuelve la mirada.

—Pero como rechazando ayuda, que mal compañero eres.

—Mira quien lo dice —sonreímos, asume a idea y me deja llevarlas.

Otros chicos se encargaban de acomodar varias llantas para crear un nivel ante un muro de contención que allí irá, la mayor parte del día fue paleado, chuzadas y un par de manguereadas por allí. Luego del intenso trabajo que parecía de nunca acabar, se hacía milagro escuchar a la jefa de escuela gritar.

—¡Chiquillos, en media hora más nos vamos! —lo cual no sé si nos jugo en contra o a favor porque después de un buen rato paleando alguien pregunto la hora, imagino que con la esperanza de que ya nos hallamos pasado del horario, solo para descubrir que apenas habían pasado diez minutos, parecía una mentira y de allí en más no escuche a otra persona preguntar.

La hora llego y después de una pequeña felicitación por parte de los capataces y jefes de escuela, bajamos con las herramientas, yo aproveche a comprar unos sobres de jugo, ya que tenía una botella de watts que había llevado y vaciado en el camino, ahora se supone debo ir a bañarme, me siento en las escaleras frente a las salas y admiro el atardecer en toda su majestuosidad, otro día le sacare una foto, tengo muchas oportunidades y ahora estoy muy cansado, además el atardecer ya casi desaparece, la ducha se supone solo dura hasta las ocho con treinta y ya pasan seis minutos de eso, quizá ya sea hora de que vaya, solo estaba esperando que se vaciara un poco, todos allí haciendo hasta fila. Ok ahora si voy, acaban de anunciar que la comida se servirá quince minutos antes de las nueve y no quiero quedar con las sobras.

Bien, la ducha estuvo muy satisfactoria y solitaria, ya no sorprende, alcance a ver unas cuantas prendas tiradas por allí cuando entré —¿hay alguien? —, pregunte sin resultado, a todo esto, cuando estaba alistándome para ir al baño, la Darling (terminamos en la misma habitación/pieza) me pregunta si voy a bañarme, le confirmo y me pide que la espere, al salir me quito los zapatos que se suponían serían los de viaje de ida y vuelta, pero como casi siempre la ando cagando, trabajé con estos, en fin ya no los ocupare hasta el viaje de vuelta, si para eso traje esas zapatillas. Mientras caminábamos al baño me comentaba que las duchas eran mixtas —Okeeeiii... —, pensé. Al llegar nos encontramos con la Michel quien nos dice que no son mixtas, de hecho en cada puerta pusieron un cartel para diferenciarlas.

Phase 2

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