TDV Antofagasta 2017 #8
Día 4
Cinco con veinte y dos minutos de la mañana, abro mis ojos pensando que se acerca la hora de levantarse, me escabullo entre unas sillas y la pared para poder ver la hora en mi celular, de un enchufe lo suficientemente lejos para tener que estirar la mano y tu cuerpo, y un cargador con una tira tan larga que debías hacerlo de todas formas. Aún es muy temprano, quizá sea mucho que salga a escribir ahora, decidí que aún me faltaba un poco de ganas de salir y prefiero quedarme en cama (cuando digo "cama"…), otra de las razones por las cuales me urgía ver la hora, era que escuchaba un incesante griterío de fondo con música que parecía estar fuertísima, sentía que clarito coreaban algo.
—¡Techo! ¡Techo! ¡Techo! —haciéndome la idea de que el despertar sería demasiado estruendoso, pero que se desecho por la hora. Imposible que estén ensayando eso antes de las cinco y media, me quedo tranquilo e intento esperar despierto a una hora más razonable. Después unos minutos que parecieron ser horas, vuelvo a ver mi celular decepcionado ya que solo han pasado ocho minutos, vuelvo a pensar —fuck it —, dormiré nuevamente. Despierto una vez más, un poco preocupado, ahora resulta que ha pasado una hora, provocando que casi pegue un salto fuera del saco de dormir. Me percato, tengo moretones en mis rodillas, salgo rápida y delicadamente de la sala con mi toalla a lavarme el rostro, al bajar la escalera noto la junta que existe en base de esta, de los chicos de intendencia. En el baño me encuentro con René que estaba lavándose los dientes, que la Tamara haya pasado al baño para apresurarlo me hizo recordar que es parte de la cuadrilla intendencia de hoy, me pregunto qué harán.
Mientras subo la escalera el gato esta sorprendentemente recostado en uno de los escalones pero no al tope, está muy acurrucado y con los ojos cerrados, subo despacio y suave, así aprovecho de admirarlo por un leve momento. Llego a la altura de la cancha, diviso al grupo ensayando le rutina mañanera, “YMCA” [PARTE ELIMINADA]. Están retrasados casi quince minutos, parten de inmediato por cada sala, la Tamara los acompaña en su coreografía. Disfruto de la música por esos momentos, luego de aquello ya solo quedaban menos de diez minutos para el desayuno, bajo la escalera y me dirijo al cartel a leer lo que tienen hoy para ofrecer: ¿Jugo? ¿Postre? ¿Sopa de fideos?, estaba leyendo la cena de ayer. Aún no cambiaban el cartel, en eso sale la Rocío y nos saludamos, nota que el letrero necesita ser actualizado y se pone a ello, segundos después se unen otros muchachos a la espera mientras vemos a la Rocío borrar y escribir el desayuno de hoy, manjar.
Varios nos emocionamos por la información, la Rocío dijo que podíamos entrar, pero otro compañero nos recordó a todos que —¿no se suponía debíamos desayunar por cuadrillas ahora? —, la Rocío y los demás parecimos estar de acuerdo en entrar de todos modos, nos hizo pasar e hicimos fila, recibo mi desayuno y me siento en la fila de mesas opuestas a la que los primeros chicos estaban ocupando, casi de inmediato se me une un miembro de la misma cuadrilla, Dino y le siguen después más personas, al final vuelvo a quedar rodeado y las filas de la "U" llenas, pareciera que muy pocos, quizá nadie, tiene la intención de sentarse en la base de la letra. Detengo la escritura cada cierto tiempo para beber un sorbo de café y rasgar un trozo de pan, alcanzo a escuchar ciertas tallas que lanzan en la conversa, obviamente sonreí en las que me causaron gracia, tampoco tan amargado, al terminar me quedo sentado cerca de un minuto más y me levanto a lavar mis cosas, luego preparo mi caminata en puntillas para cuando cruce cerca del gato.
No está.
Sigo subiendo hasta notar que se encuentra en las cortas escaleras frente a las piezas, lamiéndose la pata. Guardo mis utensilios y me siento afuera de la sala para continuar escribiendo que es donde me encuentro ahora, faltan ocho minutos para las ocho de la mañana y espero paciente la actividad mañanera. Otra cosa que olvide contar de anoche, es que antes de comenzar la actividad de actuación, nos habían llamado a formar en este espacio bajando las escaleras, resulta que éramos poco más de diez personas paradas por allí, todos los demás seguían en el casino conociéndose, después de unos minutos escribiendo paradote allí, vuelvo a notar de reojo que los demás chicos conversaban muy animosos y alegres sobre no se qué cosa, solo sé que no paraban de reír y moverse. Otros minutos más pasan y escucho a una niña, que después descubriría somos de la misma cuadrilla, decir mi nombre e invitándome a unirme a la conversación, allí fue cuando paso lo que temía: recibo una corta, pero diría yo, casi invasiva mirada de los demás, solo espero que no haya sido esa la intención, esperando alguna respuesta, simplemente me excuso indicando mi teléfono en señal de que estoy algo ocupado, para mi suerte a nadie parece importarle y comienzan a volver a lo suyo a la vez que camino a las escaleras más cercanas a sentarme, en eso luego de unos momentos comienza la actividad y la gente llega en masa, hacemos el círculo y comenzamos la actividad.
Son cuatro minutos sobre las ocho y están llamando a formación, espero no tenga que moverme demasiado, preferiría simplemente quedarme sentado y "debatir" algo, en la espera la Tamara, oportunamente, reproduce unas cuantas canciones que con gusto disfruto, no todas, pero estaban ok. Hora de actividad, la música se detiene, bajamos nuevamente y formamos un circulo, con los ánimos de cualquier domingo por la mañana. Hoy está corriendo un poco mas de viento de lo usual, debo admitir que me causa un poco de frio, espero esta brisa fresca se mantenga durante el día o mas nubes como ayer, eso sería genial.
La actividad consistía en juntarnos en parejas que ellos escogieron, le entregaban un papel a uno de los dos y si quería o no, se la leía a la persona de enfrente, se supone que eran frases que representaban una realidad injusta y debíamos comentar acerca de ello, luego de la actividad nos informaron que por ser domingo, la comunidad del campamento haría una comida donde estábamos invitados además que los jefes de escuela no se quedarán hoy. Ayer no lleve el celular, hoy si lo haré, ya casi son las nueve y debemos partir, iré a alistarme. Nos informan que debemos sentarnos en un lugar que han dado en específico, frente a una cámara fotográfica, posicionada frente a este lugar sobre una silla, me acomode lo más periféricamente posible del espacio delimitado, aún no llegan los demás, así me aseguro el puesto, ojala fuera de la toma, pero al parecer no será tan así porque alguien se acaba de sentar a mi derecha. [PARTE ELIMINADA], estoy usando la misma ropa para trabajar que los días anteriores, con excepción del día uno, que fue donde ocupe la misma ropa con la que viaje, la ropa de trabajo consta de un jeans plomo con el sector de las rodillas deshilachadas o rotas, [PARTE ELIMINADA], bastantes trabajos encima, una polera sin mangas a la cual le corte el cuello antes de venir, sobre esta una camisa a cuadros celeste, que también lleva varios trabajos encima, esta también la lleve la vez que fuimos a Paraguay, [PARTE ELIMINADA], allá fue también donde le rasgue ciertas partes del codo y espalda, por ultimo unas zapatillas negras, cada prenda la sacudo y dejo estirada afuera de la pieza hasta el otro día para volver a utilizarla, quizá suene cochino, de hecho suena así, no soy el único. [PARTE ELIMINADA].
Hora de foto, creo que me perdí un par de disparos viendo el celular y rodeado de gente, demás pasé piola, así que no me preocupa. Ahora antes del calentamiento pretenden hacer un juego al cual no me interesa participar, solo participaría en el calentamiento, que bueno que no es obligación y que no soy el único que no participara, la Darling tampoco lo hará obviamente así que nos haremos algo de compañía, me divertiré otro poco viendo como los demás corretean, parecen disfrutarlo, eso es genial. Ya casi son las nueve con treinta, en serio lo están disfrutando, no sé si quisiera tener su entusiasmo o energía para participar en el juego, ayer por ejemplo, también hicieron un mini juego donde no pude escapar a participar, [PARTE ELIMINADA] con las ganas que jugué, solo recordarlo me da risa y un poco de lastima.
Nueve con treinta y nueve, salimos al campamento.
[PARTE ELIMINADA]
Que rico el sol que nos recibe, ojala pudiéramos venir a trabajar de siete de la tarde a dos de la mañana, en serio, no tendría ningún problema con eso, pero que se le va a hacer, me pondré a trabajar.
No sé si estamos esperando algo, pero después de diez minutos de escuchar conversa, aún no comenzamos a trabajar, faltan cinco minutos para las diez de la mañana, supongo que en algún punto empezaremos.
Sigo esperando.
Veo a una paloma rondar el área, planeando en círculos, eso me recuerda al día de ayer cuando sucedía lo mismo, pero con millones de ellas que estaban acomodadas sobre el diseño abierto del techo sobre la cancha de la escuela. Esa vez lanzaron unas tallas sobre la bandada como, —mira esas palomas, esas son las que cagan la cancha —, o
—díganles nos marquen el terreno — y —nos vienen a cagar aquí ahora—. Esas fueron una de las frases recuerdo, me causaron gracia.
Qué bueno que me traje el celular, no me quiero imaginar el aburrimiento que hubiera tenido de no traerlo, ya que son pasadas las diez de la mañana y aún nadie ordena nada, no sé si somos muy obedientes o muy flojos.
Misterio resuelto, estaban en reunión.
Se ha dictado la regla de que cada una hora de trabajo nos detendremos al menos cinco minutos para descansar y beber agua, eso no quiere decir que solamente podemos hidratarnos cada una hora, porque de hecho podemos hidratarnos las veces que queramos.
[PARTE ELIMINADA]
Ahora faltan veinte y cinco minutos para las tres de la tarde y con la cuadrilla nos encargamos de poner los pilotes y alinearlos, hubo un pequeño momento donde diferimos en cuanto a la alineación de los cuatro agujeros en hilera, mis compañeros decían que debíamos sacar y mover el primer pilote que pusimos y fijamos, nuestro pilote maestro, para no mover los otros tres. Yo lo veía de otra forma, según yo, debíamos agrandar el segundo agujero y quedaría todo alineado. Así nos ahorraríamos el trabajo de sacar el pilote guía. Intente explicárselos pero ellos no hacían caso, estaban convencidos de que debíamos sacar el primer pilote, es cuando justo que comenzaban a usar el chuzo para sacarlo, se me ocurre usar en pilón que no habíamos usado y ponerlo acostado sobre los otros tres agujeros, fue allí cuando se vio todo más claro, el perfecto ejemplo de lo que decía. Se dieron cuenta del error y repitieron un par de veces —el Andrés tenía razón —, luego agrandamos el segundo agujero. Después de un breve descanso, cambie de acomodador de pilotes a comenzar a sacar tierra desde la otra cara del terreno y un poco de chuzo, allí me ayudo un habitante del campamento de nacionalidad Colombiana, me dijo su nombre, Jordan. Ahora nos llamaron a descanso, después de volver a trabajar ayude a unos compañeros de otra cuadrilla a poner otros pilotes, hasta que nos llamaron a almorzar, que fue hace poco, a las cuatro de la tarde, a todo esto, antes de eso, tipo dos de la tarde vino la Rocío de Intendencia con montones de duraznos, nos detuvimos unos momentos para comerlos, estaban muy jugosos.
Ahora que nos llamaron a almorzar entramos a una casa que parece muy bien ordenada por dentro, como un mini restaurante, la comida consta de un caldo con trozos de carne, un trozo de choclo, una porción de arroz, [PARTE ELIMINADA] fue un caldo súper delicioso. Debido a lo carismático y alegre personalidad colombiana, era imposible no sonreír al compartir con ellos en el almuerzo, algunos pequeños, todos unos confianzudos hiperactivos, otros un poco tímidos pero accesible a recibir ayuda.
Estoy lleno, pediría otro plato, de hecho me ofrecieron, pero ya no podía mas, además, dieron un trozo de sandia a cada uno como postre, ahora me encuentro descansando un poco aquí sentado en una de las tantas bancas, todos disfrutando, otros ofreciendo más jugo, gente divirtiéndose, ok quizá las risas puedan ser un poco demasiado, pero está bien, no me quejare por eso.
Hubo un momento donde no podía cortar la carne solo con cuchara, por suerte el Sebastián había traído un cuchillo, allí mi vida se simplifico un poco.
Si mi hermana estuviera aquí, estaría tan celosa de la cabellera de todas las colombianas, hasta las pequeñas, es que desde que tiene conciencia, ha querido tener pelo rizado, ondulado, cuando ella lo tiene liso, últimamente ha decidido mentirse y hacerse la permanente. Tramposa.
Es que no hay nada más tierno que darle de comer a un pequeño, su mirada un poco perdida e inocente, rogándote misericordia a través de sus ojos, sin siquiera intención alguna. El Dino se me une a cortar el pollo en eso llega a nuestro rescate la madre de la pequeña, ella ya ha entrado en confianza y su mirada que perfectamente podrían interpretarse como miedo, han cambiado a una que reflejan ese nivel de confianza máxima que se espera de una persona importante en tu vida.
Miradas como esa me ayudan a olvidar por momentos las ideas estúpidas que viajan por mi cabeza, como una especie de trance.
Obviamente termina.
Pensándolo bien, hasta podría considerarse como una especie de droga para olvidar los problemas.
Escucho a la madre decir el nombre de la pequeña.
Sara, la pequeña tímida Sara.
Ya casi es hora de irse, la mitad de la sala se ha vaciado ya, creo que también saldré o mejor sigo descansando aquí bajo la sombra.
Ya casi es hora de irse, no quiero.
No queda de otra, aún existe mucho trabajo por hacer, el regreso a la realidad me incita a dar las gracias por la comida y retirarme, pasan cinco minutos de las cinco de la tarde, calor aquí voy.
Rozo mi ampolla con mi camisa y siento un leve dolor, reviso y descubro una burbuja en esta, juego un rato con ella, pero no la reviento, prefiero que se reviente sola, con los guantes puestos, así mientras no la vea rota no me dolerá tanto.
[PARTE ELIMINADA]
Prepararon cemento y comenzamos a fijar los pilotes guías.