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TDV Antofagasta 2017 #16


Día 8


Música de fondo se escucha desde un parlante en las gradas cruzando la cancha, estas son mucho más grandes y solo tres, quince minutos faltan para las siete de la mañana, me levanto, la habitación se encuentra mayormente vacía, como comúnmente sucede, muchos decidieron pasar la noche afuera, en realidad era una noche especial.

Intento salir de la habitación pero el Dilan justo aparece y me lo impide.

—No salgas que se va a servir el desayuno a la cama para todos.

Yo sabía exactamente lo que sucedía.

La chica alemana que estaba en la pieza se pone de pie y sale sin más, salgo y diviso lo ya más que claro, todas las zapatillas colgadas por toda la cancha.

En la cancha están estos cestos de baloncestos, una larguísima línea de solo zapatillas que se extiende de aro en aro, formando como una especie de sonrisa y otros pequeños adornos que constaban de otras tiras de zapatillas colgadas desde el segundo piso, unas cuatro tiras. Algo que me gusta son los rostros de los nuevos, cuando salen de la habitación al ver tal arte y dedicación, ponen un rostro de sorpresa inmediata y un poco babosa con la boca abierta —¡que wea! —, nunca deja de aburrirme, supongo que en base a lo entretenido de la obra es que nunca guardo mis cosas antes para que no las usen, me divierte ser parte de eso.

A la salida de las piezas están los capataces con jarras de agua caliente, tazas, cucharas, panes con mermelada y todo para un desayuno exprés. Me lavo y al salir bajo más a ver mi papel ¡escribieron en el!

Al parecer era mucha la lástima para unas tres personas que se encargaron de escribir grande y bien separado, aunque espero no haya sido esa la razón. De alguna manera lo encontraba algo innecesario, las personas que me han indicado su buena onda por mi compañía son palabras que aprecio, no necesito la versión escrita, pero si estas prefieren también escribirlas específicamente en ese papel, pues, quien soy yo para decirles que no.

Bien, ahora la gente puede sentirse menos lamentosa [PARTE ELIMINADA] que nadie estaba interesado escribir.

[PARTE ELIMINADA], pero que de igual forma se agradecen, como dije, siempre y cuando haya sido por que les nació escribir y no por lastima.

Subo y espero, escribiendo y viendo alguno de los rostros con sorpresa, recibo mi café y pan, me acomodo donde mismo y de a poco termino mi desayuno, al concluir el Juan se acomoda al lado, luego el Dilan al otro, conversamos unos breves momentos, con apariciones de personas buscando a los culpables de tal crimen, decido ir a lavar mi taza de inmediato, bajo y veo a la Rocío escribiendo en unos papeles, no el mío obviamente, también está un tipo jefe de cuadrilla escribiendo, este está más cerca de la puerta.

—Hola Andrés —dice el voluntario, devuelvo el saludo y entro rápidamente a lavar, me devuelvo con la misma velocidad, sigo escribiendo, debemos ordenar las cosas, dejarlas listas.

Ocho con veinte y cinco de la mañana, ya le he dado demasiado suspenso al asunto, iré a guardar mis cosas.

Veinte minutos faltan para las nueve de la mañana y termino de alistar mis cosas, algunos subieron al campamento a terminar la obra, solo algunos pocos seleccionados, los demás debemos esperar aquí en el colegio hasta la hora de irse. No tengo clara la hora que será eso, [PARTE ELIMINADA] soy sincero, me vienen recuerdos de la primera vez que alistaba mis cosas antes de irse en mis primeros trabajos, por allá en el 2013.

[PARTE ELIMINADA] soy sincero en otra cosa, me siento solo.

Los recuerdos abundan mi cabeza y comienza la nostalgia que me pone un poco triste, porque vuelven los arrepentimientos de aquel año y ahora se le suman los de este, pero está bien, esos sentimientos me duraran hasta el inicio de clases hasta que tenga otras cosas de las que preocuparme.

Me siento solo, pero no me quejo, es solo una aclaración de lo que siento, quizá así pueda deshacerme de ese sentimiento estúpido y forjado por nadie más que yo.

Ya no se qué hacer, sigo sentado afuera esperando lo que sea, varios están sentados en la escalera, tengo que dejar mi bolso en el comedor, [PARTE ELIMINADA].

Hora de asear las salas.

Después de ocupar la escoba por media hora, ayudo a ordenar las mesas de las salas, limpiar unas cuantas y barrer un poco la cancha, terminé.

Me lamento no haber sacado mi cargador para dejar mi celular cargando mientras estaba ocupado.

Le queda treinta y nueve por ciento y recién faltan veinte minutos para las once, [PARTE ELIMINADA], quizá deba bajar al comedor donde están los demás o quizá deba comenzar a sacar fotos.

[PARTE ELIMINADA].


Entro callado a casino, el Dilan me saluda y pregunta si puedo ayudar.

—Eso es precisamente para lo que vine, dime en que ayudo.

Me da tareas, en eso entra la Darling, [PARTE ELIMINADA].

Nos saludamos y yo seguí con mis actividades, con el Dilan bromeábamos un rato, durante eso, [PARTE ELIMINADA].

Y hablando del rey de roma, acabo de tomar el celular, después de ayudar a subir la basura que juntamos y me encuentro con una llamada perdida tuya (si llegas a leer esto algún día), en cuanto a eso no necesito hablar más.

El Dilan tiene más basura y nos vuelve a pedir ayuda, tenemos que subir al campamento, justo antes de eso me acerco a la Darling y pedirle su número por si viaja a Arica, [PARTE ELIMINADA].

Subimos al campamento algunos están terminando la obra, improvisando.

[PARTE LIMINADA].

Intentaré ser mucho más frio la próxima vez, debo comenzar a practicar.

Los chicos siguen trabajando, no puedo ayudar más que traer unas mesas con otros chicos, no estoy con la ropa adecuada, además, allí abajo ya todos tienen su papel, todos están trabajando en algo específico, reemplazar a alguien significaría sudar y no creo quieran cambiar. Sigo aquí y son las dos de la tarde, [PARTE ELIMINADA].

Cada término de cada trabajo es una invasión de sentimientos muy difícil de explicar en una oración o párrafo, siempre voy a tener que volver a escribirlo o cambiar algo, al final de todo siempre me sube un poco más la presión los sucesos finales de inauguración, en este los compañeros terminaron a tiempo los juegos, solo quedaban unos pocos detalles a una reja suelta.

Hora de pequeños discursos de agradecimientos de parte de las representantes de los campamentos, discursos de jefes de escuela, voluntarios permanentes de Antofagasta, todos orgullosos, cuando la sonrisa es inevitable al momento de ver a la presidenta cortar la cinta de inauguración, esos momentos donde los niños no pierden tiempo en columpiarse cuando aún quedan cosas por clavar y hablando de, el último clavo representa el término de una gran obra, el punto de unión que se forja con los siguientes trabajos en comunidad durante el año, las meriendas que prepara la gente en celebración o cualquier otro gesto de un niño, son simples detalles que te embargan la cabeza con emociones alborotadas y volver a sentirte orgulloso una vez más por el esfuerzo realizado. Todo sirve, todo es valioso, no quieres dejar el lugar, por muy cagado de calor que estés, solo quieres quedarte en ese lugar e irte con los niños y sus familias, amanecer todos los días en ese colegio y durante la tarde ver el maravilloso atardecer.

Me siento por unos momentos en una llanta y recuerdo nuevamente mis primeros trabajos, esos lugares, esas personas, esos sentimientos de tu primer triunfo, te hacen valorarte.

Durante ese tiempo nos informan que deben darnos unos regalos a cada uno de los voluntarios, se trata de unas fotos, dos para ser exactos, en una aparecía la cuadrilla de la que fuiste parte y la otra de la escuela completa, ambas fotografías plastificadas en una pequeña manualidad que permite se apoyen en una mesa sin ningún problema.

Mientras cada uno observaba en detalle los rostros de todos en las ilustraciones, es que me encuentro parado junto al Dilan y el Juan, le pido su foto al Dilan y noto que están él, la Rocío, los capataces, y cuatro personas más, es entonces cuando pregunto:

—Entonces, déjame ver si entiendo… —, en eso el Juan suelta una carcajada brutal que no se molesta en disminuir, luego de un largo respiro hondo, replica con la aún presente alegría —el Andrés que me da risa “¡a ver, entonces como es la wea!” —, luego se parte a reír nuevamente, el Dilan se le une y yo también, después por fin comienzo la explicación hacia mi duda, sobre los puestos de las otras cuatro personas. Podía reconocer a los intendentes, los capataces (que eran dos, el Iván y el Felipe), pero las otras dos personas me dejaban la curiosidad —contactos de oficina, Techo Arica y Antofagasta —, me aclara el Dilan, ahora estoy más claro, allí si es cuando termino la bebida que tenía hace eones ya en mi mano.

Minutos más y noto que estoy a unos dos pasos de la Darling que está sola, me acerco y consulto por su fotografía, después de unos cuantos comentarios sobre aquello, le hago notar en la foto grupal, a la persona, más alegre de estar allí (yo) y ella me dice que la vea a ella, esta igual de entusiasmada que yo, rio y comenzamos a buscar a otros que compartan nuestro entusiasmo. Hubo una pequeña situación donde ella deseaba un poco mas de bebida, pero había desaparecido rápidamente, entonces salgo preguntando por bebida para volver con medio vaso, ella agradece y bebe, luego de eso ayudo a una de las pequeñas niñas revoloteando que quiere columpiarse.

—¡Tío empújeme! —menciona emocionada con la nueva atracción.


Bajamos al colegio.


Esperamos poco más de una hora en el colegio antes de irnos, tenía pensado ir a tomar fotos, mientras la mayoría esperaba en el comedor, [PARTE ELIMINADA].


Ok, fotos no.


Hora de dejar el colegio.

Atravesamos la enorme reja blanca que rechinaba apenas la veías y cerramos por fuera, la sede a la que debemos ir está a unos veinte minutos caminando y cada paso que desciendo por la empinada calle es una alegría de misión cumplida y dolor a la vez por tener que dejar al campamento que por segunda vez ya, he trabajado por ellos y para ellos. Al término de esa avenida nos cruzamos con los voluntarios de otro colegio, el cual trabajó en otro campamento llamado "Génesis", nos mezclamos todos, eran los niños de los secundarios.

Escucho por allí a un chico que dice sorprendido —¡oh, es chino! —, haciendo esos gestos junto a otro niño, justo en ese momento alguien me toca el brazo, es el Christopher. Lo saludo con muchas ganas mientras el niño decía eso, entonces le pregunto a Yisus a viva voz —¿y cómo te fue con tu trabajo de niñera? —, alcance a notar el rostro del niño que guió su atención a otro lado, el Christopher me mira diciéndome que eso no se puede hablar aquí.

—Pendejos culiaos —menciona en tono más bajo y yo me parto de la risa, mientras bajábamos comienza a contarme de varias cosas graciosas, tantas que me tardaría mucho escribiendo todas y cada una de ellas, llegamos al centro de reunión de todos los jóvenes, mientras entraba, ya comenzaba a reconocer rostros, estaban todas las mochilas separadas por ciudad, confirme la mía y quede tranquilo, después seguí conversando con el Christopher, que con ese loco nunca me aburro, siempre dice cosas graciosas o pone rostro de extrañado, por ejemplo, hubo una situación en la que un voluntario viene a saludarlo, todo en buena onda, antes de retirarse a hablar con otros tipos le da un golpe al brazo en modo de despedida, mientras se aleja, él cambia su sonrisa por un rostro serio y murmulla —deja de pegarme negro culiao —, nuevamente me parto de la risa y así sucesivamente el Christopher seguía dando comentarios pesados después de saludos agradables.

Durante la espera, la Darling me presenta a su hermana Claudia (al igual que a todos lo que le caía bien), estaba en los secundarios, chiquilla agradable igual que su hermana, se podía notar. Minutos antes yo había salido a comprar una botella de jugo y volví, para mi suerte, con una botella de agua Aquarius sabor manzana.

La Darling me pide un poco y le paso la botella, en eso llega el Ignacio a despedirse [PARTE ELIMINADA], segundos antes de irse, la Darling llama la atención con una queja sobre el Ignacio, resulta que mientras tomaba, él le paso a llevar y provoco que se mojara la blusa azul, con un escote coqueto que tenía puesta, por suerte no mojo toda, solo una mancha de unos cuatro centímetros de ancho que iniciaba en el cuello y terminaba en la base, el Ignacio pide disculpas y se retira, aunque sospecho que fue a propósito ya que recuerdo a la Darling mencionar que ya le caía mal desde mucho antes, entonces este “accidente” tiene algo que ver con eso.

Phase 2

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